|
Entendemos que resulta entonces necesario y posible pensar e implementar una perspectiva más transformadora (Fukuda-Parr & Hegstad, 2018) para avanzar en el cambio de paradigma necesario que permita superar los problemas estructurales de sostenibilidad. En este trabajo optamos por hacerlo desde el enfoque de cuidados, por al menos dos razones. La primera porque la incorporación de la ética del cuidado en las políticas y prácticas universitarias puede constituir un punto de entrada para la necesaria transformación profunda de la Universidad, y no solo un cambio superficial, cosmético o sometido a modas, tal y como ha reseñado la literatura, (Vázquez Verdera, 2019). La segunda, debido a que este enfoque pone en el centro aspectos necesarios para adoptar una perspectiva transformadora como la puesta en duda del crecimiento sostenido; la llamada a una reestructuración radical de las relaciones desiguales de poder en lo global, lo local y lo personal (Koehler, 2016); o la politización de los distintos ámbitos de la vida y las relaciones (Belda-Miquel et al., 2019).
Las reflexiones y propuestas de este trabajo tienen en su centro el concepto de la ética del cuidado tal y como se articula en la teoría feminista. Se enmarcan así en esta perspectiva transformadora necesaria para la Educación Superior. Se trata de proponer un modelo educativo más humano, global y éticamente comprometido para la superación del androcentrismo y, por ello, de sus sesgos en los valores, las metodologías o los conocimientos, que consideran que los hombres y lo considerado masculino es lo que tiene más valor. Se trata de luchas contra un androcentrismo que supone lo masculino como lo neutro, concibe a la autonomía como un valor de la masculinidad, y desdibuja la interdependencia de las personas a lo largo de los diferentes momentos del ciclo vital o por necesidades relacionales.
|