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The thesis deals with a case study in the “Villa dei Gelsomini”, a geriatric residence in Gibellina (Italy) based on a playful intervention program that uses the play to improve the well- being, coexistence and quality of life of the elderly.
The objective of the research is to explore how the play can become a psychoeducational action for the elderly.
Can game create well- being in the elderly?
In this context, we have developed a gaming protocol within the geriatric residence based on a qualitative approach.
For this, we have made observation of the play of the third age, before during and after the individual and collective playful session, understanding the play as a tool of socialization and well-being.
The project has involved both the center psychologist, as the support staff and the neurologist, who have been coordinated by the author of this thesis.
The study has allowed us to observe how the residents who have played in these sessions have improved their well-being, in relation to the quality of sleep as well as appetite and, fundamental, have returned to smile and share moments of carefree joy in the play.La tesis aborda un estudio de caso en la “Villa dei Gelsomini” una residencia geriátrica de Gibellina (Italia) fundamentado en un programa de intervención lúdica que utiliza el juego para mejorar el bienestar, la convivencia y la calidad de vida de los ancianos.
El objetivo de la investigación es explorar cómo el juego puede convertirse en una acción psicoeducativa para la tercera edad.
¿Pueden los juegos generar bienestar en los ancianos?
En este contexto, hemos desarrollado una programación de juegos dentro de la residencia geriátrica fundamentado en un enfoque cualitativo.
Para ello, hemos realizado observaciones del juego de la tercera edad, antes, durante y después de las sesiones lúdicas individuales y colectivas, entendiendo el juego como herramientas de socialización y bienestar.
En el proyecto han intervenido de manera colegiada, además de la autora de la tesis, tanto el psicólogo, como el personal de apoyo y el neurólogo del centro.
El estudio ha permitido constatar cómo los residentes que han jugado en estas sesiones, han mejorado su bienestar, en relación a la calidad del sueño y el apetito y, fundamentalmente, han vuelto a sonreír y compartir momentos de alegría despreocupada en el juego con sus compañeros y compañeras.
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