|
En este trabajo se defiende la compatibilidad entre el conocimiento privilegiado (directo, no inferencial, no empírico, con especial autoridad y presunción de verdad) de los estados intencionales propios, por un lado, y el externismo (o anti-individualismo), es decir, la dependencia del contenido de tales estados con respecto a factores externos, objetivos, sobre los que no tenemos conocimiento privilegiado. El trabajo analiza críticamente diversos argumentos a favor y en contra de dicha compatibilidad (L. Bonjour, D. Davidson, T. Burge, J. Heil, P. Boghossian, J. Brown, M. McKinsey, M. Davies…). Especial atención se concede al argumento según el cual, si el externismo y el autoconocimiento privilegiado son compatibles, podríamos conocer a priori verdades sustantivas sobre el mundo, lo que parece absurdo. En este trabajo se arguye que el externismo, correctamente entendido, no tiene por qué comprometerse con esa consecuencia aparentemente absurda.This paper defends the compatibility between privileged knowledge (direct, not inferential, non-empirical, with special authority and presumption of truth) of one's own intentional states, on the one hand, and externalism (or anti-individualism), that is, the dependence of the content of such states on external, objective factors, about which we have no privileged knowledge. The paper critically analyzes various arguments for and against such compatibility (L. Bonjour, D. Davidson, T. Burge, J. Heil, P. Boghossian, J. Brown, M. McKinsey, M. Davies...). Special attention is paid to the argument that, if externalism and privileged self-knowledge are compatible, we could know a priori substantive truths about the world, which seems absurd. In this work it is argued that externalism, correctly understood, does not have to commit itself to this seemingly absurd consequence.
|