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dc.contributor.author | Moya Espí, Carlos J. | |
dc.date.accessioned | 2021-09-01T09:51:42Z | |
dc.date.available | 2021-09-01T09:51:42Z | |
dc.date.issued | 2001 | |
dc.identifier.citation | Moya Espí, Carlos J. 2001 Emociones, racionalidad y responsabilidad Contrastes Suplemento VI 241 255 | |
dc.identifier.uri | https://hdl.handle.net/10550/80161 | |
dc.description.abstract | En este artículo me pregunto si, y en qué medida, podemos ser responsables de nuestras emociones. La respuesta a esta pregunta depende del grado de control que podemos ejercer sobre ellas y sobre nuestra vida emocional en general. Mi posición final es bastante pesimista a este respecto. Podríamos tener un control al menos indirecto de nuestras emociones si estas fuesen semejantes a creencias o juicios, como sostiene la concepción cognitiva, representada recientemente por R. S. Peters o R. Solomon, y más lejanamente por el estoicismo, Spinoza e incluso Aristóteles. Si esta concepción es correcta, podríamos ser responsables de nuestras emociones en el grado en que lo somos de nuestros juicios y creencias. Pero hay dificultades muy importantes para el cognitivismo, derivadas de la teoría de la evolución y de la neurofisiología. A la luz de estas dificultades, la tesis mínima del cognitivismo, a saber, que no hay emoción sin creencias, no parece cierta. El control que podemos tener sobre nuestras emociones, así como sobre la armonía entre ellas y nuestras creencias y valores, resulta así muy limitado. Dicho control y armonía dependen en gran medida de factores que no controlamos, o, dicho de otro modo, de la suerte. | |
dc.language.iso | spa | |
dc.relation.ispartof | Contrastes, 2001, vol. Suplemento VI, p. 241-255 | |
dc.subject | Emocions | |
dc.title | Emociones, racionalidad y responsabilidad | |
dc.type | journal article | es_ES |
dc.date.updated | 2021-09-01T09:51:42Z | |
dc.identifier.idgrec | 023012 | |
dc.rights.accessRights | open access | es_ES |