Recientemente se ha popularizado el método data sprint: talleres intensivos donde convergen participantes de diversos ámbitos para trabajar colaborativamente en el análisis de datos con propósitos que oscilan entre la lógica abierta vinculada con la ética hacker y la lógica de mercado orientada a la productividad. Este artículo reflexiona sobre este método de trabajo a partir de experiencias de investigadoras que participaron activamente en un data sprint de una semana de duración, con el propósito de potenciar la reflexión crítica sobre la metodología en la producción de conocimiento. Esta exploración se fundamenta teóricamente en dos elementos clave: el data sprint como método y la reflexividad en la práctica científica que incluye la perspectiva feminista de la tecnología. Para ello se recuperaron las experiencias de siete participantes mediante un cuestionario con preguntas abiertas. Con los datos se realizó un análisis narrativo temático. Los resultados obtenidos se estructuraron en cuatro categorías: las fases de trabajo, las dificultades, las experiencias positivas y la perspectiva de género. Se destacan aspectos positivos, negativos y a mejorar. Entre los primeros se encuentran los aprendizajes metodológicos y técnicos, la posibilidad de generar producción académica y especialmente, aspectos relacionados con los vínculos y el sentido de colectividad entre las participantes. Entre los segundos, las dificultades generadas por la velocidad y los cambios de horario ocasionados por el formato híbrido. Entre los aspectos a mejorar se encuentra la consideración de las desigualdades presentes en la práctica científica para el planteamiento de diseños alternativos que promuevan apropiaciones tecnológicas equitativas.