|
Los problemas medioambientales se han ido incrementando hasta adquirir dimensiones planetarias. Por lo que se hace necesario buscar la compatibilidad entre el crecimiento y la protección del medio ambiente. En este sentido, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, se adquirió el compromiso de establecer políticas acordes con el desarrollo sostenible, a través de la implantación de las Agendas 21 Locales. Este documento reconoció el papel fundamental de las ciudades y pueblos, al considerar que es la unidad más pequeña donde se pueden dar solución a los problemas. El capítulo 28 del Programa 21 recogió la obligación de las administraciones locales de poner en marcha sus Agendas 21, como herramientas de gestión a largo plazo para alcanzar la sostenibilidad del planeta, facilitando la participación entre los poderes públicos y la sociedad.
Las Agendas 21 se consideran desde el punto de vista técnico como instrumentos de planificación estratégica de rango superior a cualquier otro tipo de plan estratégico o plan sectorial. Para la consecución de la sostenibilidad, se elabora una Ecoauditoría y un Plan de Acción basado en un diagnóstico ecosistémico participado.
El proceso de Agenda 21 Local en un municipio supone la adopción de una serie de principios que en muchas ocasiones son difíciles de asumir y cumplir. Es por ello por lo que se viene observando una falta de coherencia entre los compromisos públicos adoptados por las corporaciones locales y las acciones que realmente se están llevando a término para la aplicación de la Agenda 21 Local. En este sentido, se podría concluir que la adhesión a la Carta de Aalborg, a los Compromisos de Aalborg+10, o a la firma de la Carta de Xàtiva, no presupone la realización por parte de los signatarios de acciones integradas y participadas hacia la sostenibilidad local, ya que no obliga legalmente. Por otro lado, la obligación y el compromiso asumido con las generaciones futuras con la firma de estos documentos públicos conlleva la obligación moral de una continuidad en el tiempo de este tipo de procesos, que deberán revisarse y retroalimentarse de forma continuada en el tiempo.
Por todo ello, para saber el alcance logrado por los diferentes municipios firmantes se hace necesario un estudio como el realizado en esta investigación. Teniendo presente que los procesos de Agenda 21 en las primeras fases (1999-2003) en la Comunidad Valenciana y en la provincia de Valencia eran muy escasos, consideramos necesario estudiar qué ha ocurrido desde 2003 hasta 2015, así como conocer cuál es el estado actual de los procesos de Agenda 21. Es por esto por lo que se ha visto interés en la realización de esta investigación con la finalidad de conocer el grado de implementación de estas herramientas de gestión municipal estratégicas, su estado y evolución.
Para el análisis de los datos obtenidos se han establecido 14 categorías o temáticas:
Descripción de los municipios que han participado en el estudio (muestra). El compromiso municipal con el desarrollo sostenible (firma de documentos oficiales y desarrollo de políticas ambientales). Actuaciones para la sostenibilidad local distintas o complementarias a la Agenda 21 Local. El inicio del proceso de Agenda 21. Principales obstáculos a la hora de implantar las Agendas 21 Locales (los aspectos económicos, técnicos y políticos, la falta de apoyos, o la débil influencia de los participantes en la toma de decisiones). Los aspectos motivadores que han permitido iniciar procesos de Agenda 21. La organización interna para afrontar dicho proceso. Las características de los procesos de Agenda 21 desarrollados. La financiación de los procesos de Agenda 21. Estado actual de las Agendas 21 (procesos activos, procesos paralizados y sus causas, medios empleados). Las fases de la Auditoría Ambiental (Diagnóstico, Plan de Acción y Sistema de Indicadores: Estado en el que se encuentra, medios empleados y aspectos metodológicos). La participación. La comunicación e información a la comunidad. y la importancia de la Educación Ambiental en los procesos de Agenda 21.
|