La aparición del paradigma de Educación inclusiva ha sido posible en la medida que se ha superado el concepto de Integración escolar. En esta línea, se presenta la evolución socio-educativa que ha ido adquiriendo la práctica escolar en relación a la diversidad y alumnado en general. Para ello, es necesario vislumbrar las diferencias entre ambos conceptos, así como conocer sus características de actuación. La evaluación de la praxis escolar puede ayudar a seguir avanzando y mejorando la inclusión de todos y todas, así como su aproximación del constructo teórico implícito. Por ello, resulta fundamental establecer herramientas de análisis y mejora por medio de indicadores de evaluación que nos posibiliten conocer la realidad socio-educativa que están viviendo los centros escolares. Así como, fomentar y expandir prácticas inclusivas de aula que capaciten al profesorado para poder establecer un proceso de enseñanza-aprendizaje de manera adecuada hacia todo el alumnado, siendo un elemento clave de Justicia Social. Todo ello, se fundamenta en la investigación que se ha ido analizando a través de las evidencias científicas más actuales.