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La inclusión como principio tanto pedagógico como parte de la política socioeducativa se ha asentado a nivel transnacional. La aportación del presente artículo consiste en demostrar cómo, a pesar de los discursos que hablan de homogeneización y de isomorfismos en los principios sociopolíticos de la educación debido a las directrices pergeñadas desde los organismos internacionales, se detectan divergencias que fidelizan a cada uno de ellos con modelos teóricos irreconciliables. Bajo esta aspiración se plantea una metodología cualitativa en dos fases: en la primera se acomete el estudio de caso a partir de los informes publicados entre 1994 y 2019, a fin de escrutar el discurso que sobre la inclusión educativa han mantenido dos organismos idiosincrásicos como son OCDE y UNESCO en materia de inclusión educativa, detectando con ello las convergencias y las divergencias manifiestas en su retórica discursiva. En la segunda, se adopta la cartografía social, técnica usualmente utilizada en educación comparada, para evidenciar las ideas-fuerza que se han seleccionado de aquellos textos que construyen el debate: la OCDE y su visión de equidad que limita y condiciona a la inclusión y la UNESCO y su enfoque de modelo de derechos desde la justicia social. En los resultados se identifican las posiciones polares intertextuales que existen en los ejes (la teoría de desarrollo económico redistributivo y la teoría sociocrítica, respectivamente) de las que se deriva su propia idiosincrasia. Finalmente, en las conclusiones, se reconocen las comunidades textuales que comparten la forma de ver y comunicar la realidad (su visión de ambas de la responsabilidad que las instituciones escolares tienen de acuerdo con una conceptualización más social de la, primero discapacidad y, ahora, inclusión educativa).
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