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La literatura es una vía privilegiada para conocer a un determi-nado grupo humano: si bien a través de las artes y de los demás ele-mentos de cultura material podemos conocer cómo es la sociedad que los produce, la literatura nos presenta el relato en forma verbal de todo aquello que un determinado colectivo desea, a lo que teme, en lo que cree, a lo que aspira, lo que se puede decir y lo que se queda en el ámbito de lo invisible, del tabú o de lo políticamente incorrecto. Por lo tanto, la obra literaria en sus temas, sus personajes, sus argu-mentos, sus diálogos, su lenguaje, sus localizaciones y el resto de sus estructuras es un buen espejo donde mirar, por ejemplo, hasta dónde hemos llegado en el complejo camino hacia una sociedad más justa e igualitaria, en la que las mujeres no sean sistemáticamente invisibi-lizadas y la diversidad, en cualquiera de sus formas, esté presente en los textos que tejen, representan y expresan la cultura humana.En el caso de la literatura para primeros lectores, nos encontra-mos además el hecho de que se trata de una de las primeras ventanas que las criaturas abren al mundo, más allá del entorno familiar y es-colar, y por tanto se trata de una agencia educativa de primer orden (Colomer, 2010) en la cual es importante que haya una presencia equilibrada de mujeres y hombres, una representación sana y positiva de la diversidad familiar y afectivo-sexual y, en definitiva, se hace necesario un corpus literario en que se combine la calidad de las obras con la visibilidad de realidades diversas y la ausencia de estereotipos.
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